Etiqueta: ALbacete

  • Recuerdos de feria

    Es semana de Feria en Albacete, y ello agita de un modo u otro el estuche de los recuerdos. Escribo esto un 8 de septiembre, día de su patrona local, la virgen de Los Llanos, y mi mente se transporta a esos momentos en los que subía con mi abuelo a su camarín, a clavar las flores en el manto de corcho.

    Tampoco puedo omitir esas mañanas de domingo en las que la familia al completo nos vestimos de manchegos, y tras pasar la puerta de hierros con el canasto de las flores como ofrenda a la virgen, ir al templete, el ateneo o alguna de las casetas, en las que de nuevo, nos estaba esperando el abuelo para tomarnos la caña y el aperitivo de rigor de ese día. Sí, influye el hecho de que ya no esté aquí que lo recuerde tanto. A finales de mes hará ya 4 años que puso rumbo al planeta de los etéreos, donde supongo que seguirá alborotando con sus chascarrillos y cantes al resto.

    Volviendo a la feria, tampoco se debe olvidar el bocadillo de jamón y los miguelitos con la sidra, la noria o los sonidos del ratón vacilón, mezclándose con el bullicio del ambiente del paseo.

    La gente, el olor a chorizo y morcilla y a gofre, los puestos en los redondeles y la música constante del templete, los brebajes espirituosos como premio a las largas colas…

    En definitiva, elementos y sentimientos que llevan a uno a decir, siempre que puede, y sin ser pretencioso, que hablamos de la mejor feria de España.

    Y esto nadie puede negarlo, porque… ¡Quien viene repite!

  • Un cuarto de siglo

    29 de agosto del 2000. La vuelta ciclista de España realiza su cuarta etapa, con salida en la ciudad del vino, Valdepeñas, y parada final en la capital de las navajas. Apenas había comenzado unos días antes en Málaga, para finalizar el 17 de septiembre en Madrid, aunque para ello habrían de transcurrir unos casi 3.000 kilómetros. EL ganador fue Roberto Heras, del equipo Kelme-Costa Blanca.

    Y al igual que en las vueltas ciclistas hay que pedalear con constancia para llegar a la meta esperada, ya que supondrá el reconocimiento tuyo y el de tu equipo, uno se agarra a la vida, aunque nazca con solo 6 meses de gestación. Sí, tenía prisa por nacer con tal de ir a ver la vuelta ciclista pasar por Albacete. Me engancharon a una incubadora de esas, en las que las máquinas que me rodeaban eran más grandes que mi cuerpo, del tamaño de un conejo recién nacido. Pero lo bueno estaba por llegar. Me llevaron al hospital de la Fe de Valencia para que comenzara a creer, en Dios, supongo, y pensaba parar a tomar un cubalibre en Sound Factory (Antigua Spook Factory) o Chocolate, 2 de las discotecas emblemáticas de la ruta valenciana, pero no hubo posibilidad, ya que me estaba esperando un helicóptero para llevarme a Madrid al hospital de la Paz. Allí pretendían que me relajara un poco, pero no sirvió de mucho, ya que me desenganchaba de las máquinas de la incubadora, arrancándome los cables. La suerte de uno es no ser consciente de dónde se encuentra en los primeros momentos de la vida. Y sí, el nacimiento prematuro tuvo como consecuencia la retinopatía congénita que causó mi ceguera total. Una ceguera que no ha impedido, en ninguna medida, que la vida siga su curso.

    Recapitulando a lo que iba este artículo, este pasado viernes cumplía un cuarto de siglo, 24 + 1, 5 para los 30, Etc. NO, no voy a decir el número exacto ,está prohibido porque tiene la rima que todos conocen. Fuera de bromas, 25 años dan bastante de sí; carrera en Murcia, infancia en el pueblo, Bachillerato y ESO en Albacete, viajes, vivencias, desencuentros, amores platónicos, etapa en la radio, Etc.

    Y como en la vuelta ciclista, todavía queda mucho camino por andar, aunque si me pongo a pensarlo, este está siendo uno de los años más completos. Completo como mi cumpleaños, que entre amigos, compañeros y familiares este año he escuchado hasta 5 veces la canción. Quién me lo iba a decir.